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FINAL O COMIENZO DE UN CICLO CÓSMICO
"Según los extraterrestres, el ser humano sobre la faz de la Tierra es el resultado de más de un experimento genético extraterrestre. Pero no somos ratas de laboratorio, sino algo así como bebés de probeta", asegura Sixto Paz.
Para Sixto Paz no hay duda de que los extraterrestres existen, nos han visitado muchas veces -siguen haciéndolo, viajando a través del espacio y del tiempo- y que, como ha dicho en su conferencia en el Foro de las Ciencias Ocultas, ha habido mestizaje entre ellos y los seres humanos que poblamos la Tierra.
"Según los extraterrestres -dice- el ser humano es el resultado de más de un experimento genético extraterrestre. Pero no somos ratas de laboratorio, sino algo así como bebés de probeta. Nuestro mundo no es una granja, sino una casa-cuna, una especie de jardín infantil, donde estos seres están tratando de innovar una forma de educación diferente, que les permita con el tiempo aprender o recordar cosas que ellos han olvidado o han descuidado".
En cuanto a los vaticinios catastrofistas basados en una interpretación simplista y errónea de la profecía maya y la fecha establecida en ella, el 21 de diciembre próximo, Sixto Paz asegura que los mayas no predijeron el fin del mundo, sino el final de un ciclo cósmico, la llamada "cuenta larga" de 144 mil dias, y el inicio de una era dorada para la humanidad, en la que se producirá un cambio de conciencia facilitado por el acceso a informaciones hasta ahora ocultas, entre ellas las relativas a la existencia de seres extraterrestres.
La civilización maya es precisamente la que nos ha dejado los testimonios más explícitos de la presencia de extraterrestres en nuestro planeta. Los mayas decían que sus antepasados vinieron de las Pléyades y llegaron a la Tierra a través de una gran cola de serpiente o caña hueca, que no sería otra cosa que los agujeros de gusano, unos pliegues cósmicos que son como autopistas de energía para viajar por el universo a través del tiempo y del espacio.
En la antigua ciudad de Palenque, en México, se halló la tumba del señor Pakal, un individuo de estatura muy superior a la media de los mayas y cuya representación se asemeja a la de un astronauta en su nave espacial, con sus cabellos flotando en lo que podría ser ingravidez y rodeado de cables y mandos.
Sixto Paz sostiene que, para los extraterrestres, el tiempo del universo es como una espiral ascendente; en una de sus curvas, la Tierra murió, debido al impacto de una lluvia de meteoritos, pero el universo continuó. Un grupo de civilizaciones extraterrestres, con autorización de jerarquías cósmicas, viajó a través del tiempo y del espacio y vinieron a la Tierra antes de que ésta muriera, creando un tiempo alternativo paradójico que ha venido trenzándose con el tiempo real del universo. Uno de los mitos prehispánicos más extendidos es el de la serpiente de dos cabezas. "El tiempo -asegura el conferenciante- es como ella y, al final de los tiempos, una cabeza acabará comiéndose la otra, que es lo que va a pasar el 21 de diciembre: el tiempo paradójico, alternativo, se va a encontrar con el tiempo real y de ahí va a salir un tercer tiempo".
Sixto Paz se permite estas afirmaciones desde la experiencia de 38 años de dedicación a estudiar y establecer contactos extraterrestres, que le han dado fama mundial. Este interés, o mejor dicho, esta pasión le viene de casta. Su padre, asesor de las fuerzas aéreas de su Perú natal en materia de aeronáutica y astronomía, ya investigaba por hobby el fenómeno ovni, incluso antes de que Sixto naciera, y en 1955 creó un instituto de relaciones interplanetarias.
Entre los amigos personales de don Carlos Paz estaban el físico alemán Hermann Oberth, profesor de Werner von Braun, y el astronauta Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna. El norteamericano le dijo: "Don Carlos, en la Luna vimos cosas que no nos permiten contarlas... ", refiriéndose a la sistemática política de ocultación de la posible existencia de vida extraterrestre que, en opinión del conferenciante, practica el gobierno de Estados Unidos y que a Sixto Paz le ha creado problemas con las autoridades norteamericanas.
Hace treinta y ocho años, Sixto Paz y otras personas formaron un grupo para mantener contactos extraterrestres y realizar encuentros programados. ¿Cómo se comunica ese grupo con los extraterrestres, cómo se fija una cita con fecha y hora? Explica el conferenciante que, para empezar, hay que alcanzar una predisposición al contacto mediante la práctica de la meditación y técnicas de respiración, relajación y concentración. "Al final -dice- depende más de ellos que de nosotros, porque son ellos los que se ponen en contacto". La telepatía es el vehículo para comunicarse y la psicografía o escritura automática una de las formas de canalizar los mensajes.
En ocho ocasiones la prensa internacional ha podido ser testigo de esos encuentros programados, con resultados espectaculares. A la primera de esas convocatorias, en 1974, en Perú, acudió Juan José Benítez, que luego sería el autor de la serie de libros "El caballo de Troya" y que entonces era un corresponsal de prensa más, enviado por la agencia Efe para cubrir aquella insólita noticia.
FINAL O COMIENZO DE UN CICLO CÓSMICO
"Según los extraterrestres, el ser humano sobre la faz de la Tierra es el resultado de más de un experimento genético extraterrestre. Pero no somos ratas de laboratorio, sino algo así como bebés de probeta", asegura Sixto Paz.
Para Sixto Paz no hay duda de que los extraterrestres existen, nos han visitado muchas veces -siguen haciéndolo, viajando a través del espacio y del tiempo- y que, como ha dicho en su conferencia en el Foro de las Ciencias Ocultas, ha habido mestizaje entre ellos y los seres humanos que poblamos la Tierra.
"Según los extraterrestres -dice- el ser humano es el resultado de más de un experimento genético extraterrestre. Pero no somos ratas de laboratorio, sino algo así como bebés de probeta. Nuestro mundo no es una granja, sino una casa-cuna, una especie de jardín infantil, donde estos seres están tratando de innovar una forma de educación diferente, que les permita con el tiempo aprender o recordar cosas que ellos han olvidado o han descuidado".
En cuanto a los vaticinios catastrofistas basados en una interpretación simplista y errónea de la profecía maya y la fecha establecida en ella, el 21 de diciembre próximo, Sixto Paz asegura que los mayas no predijeron el fin del mundo, sino el final de un ciclo cósmico, la llamada "cuenta larga" de 144 mil dias, y el inicio de una era dorada para la humanidad, en la que se producirá un cambio de conciencia facilitado por el acceso a informaciones hasta ahora ocultas, entre ellas las relativas a la existencia de seres extraterrestres.
La civilización maya es precisamente la que nos ha dejado los testimonios más explícitos de la presencia de extraterrestres en nuestro planeta. Los mayas decían que sus antepasados vinieron de las Pléyades y llegaron a la Tierra a través de una gran cola de serpiente o caña hueca, que no sería otra cosa que los agujeros de gusano, unos pliegues cósmicos que son como autopistas de energía para viajar por el universo a través del tiempo y del espacio.
En la antigua ciudad de Palenque, en México, se halló la tumba del señor Pakal, un individuo de estatura muy superior a la media de los mayas y cuya representación se asemeja a la de un astronauta en su nave espacial, con sus cabellos flotando en lo que podría ser ingravidez y rodeado de cables y mandos.
Sixto Paz sostiene que, para los extraterrestres, el tiempo del universo es como una espiral ascendente; en una de sus curvas, la Tierra murió, debido al impacto de una lluvia de meteoritos, pero el universo continuó. Un grupo de civilizaciones extraterrestres, con autorización de jerarquías cósmicas, viajó a través del tiempo y del espacio y vinieron a la Tierra antes de que ésta muriera, creando un tiempo alternativo paradójico que ha venido trenzándose con el tiempo real del universo. Uno de los mitos prehispánicos más extendidos es el de la serpiente de dos cabezas. "El tiempo -asegura el conferenciante- es como ella y, al final de los tiempos, una cabeza acabará comiéndose la otra, que es lo que va a pasar el 21 de diciembre: el tiempo paradójico, alternativo, se va a encontrar con el tiempo real y de ahí va a salir un tercer tiempo".
Sixto Paz se permite estas afirmaciones desde la experiencia de 38 años de dedicación a estudiar y establecer contactos extraterrestres, que le han dado fama mundial. Este interés, o mejor dicho, esta pasión le viene de casta. Su padre, asesor de las fuerzas aéreas de su Perú natal en materia de aeronáutica y astronomía, ya investigaba por hobby el fenómeno ovni, incluso antes de que Sixto naciera, y en 1955 creó un instituto de relaciones interplanetarias.
Entre los amigos personales de don Carlos Paz estaban el físico alemán Hermann Oberth, profesor de Werner von Braun, y el astronauta Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna. El norteamericano le dijo: "Don Carlos, en la Luna vimos cosas que no nos permiten contarlas... ", refiriéndose a la sistemática política de ocultación de la posible existencia de vida extraterrestre que, en opinión del conferenciante, practica el gobierno de Estados Unidos y que a Sixto Paz le ha creado problemas con las autoridades norteamericanas.
Hace treinta y ocho años, Sixto Paz y otras personas formaron un grupo para mantener contactos extraterrestres y realizar encuentros programados. ¿Cómo se comunica ese grupo con los extraterrestres, cómo se fija una cita con fecha y hora? Explica el conferenciante que, para empezar, hay que alcanzar una predisposición al contacto mediante la práctica de la meditación y técnicas de respiración, relajación y concentración. "Al final -dice- depende más de ellos que de nosotros, porque son ellos los que se ponen en contacto". La telepatía es el vehículo para comunicarse y la psicografía o escritura automática una de las formas de canalizar los mensajes.
En ocho ocasiones la prensa internacional ha podido ser testigo de esos encuentros programados, con resultados espectaculares. A la primera de esas convocatorias, en 1974, en Perú, acudió Juan José Benítez, que luego sería el autor de la serie de libros "El caballo de Troya" y que entonces era un corresponsal de prensa más, enviado por la agencia Efe para cubrir aquella insólita noticia.
"Benítez nos acompañó -recuerda Sixto Paz- vio aparecer dos ovnis en el cielo... para él eran ovnis, para nosotros eran veds, vehículo extraterrestres dirigidos. Y de regreso a España testificó a través de "La Gaceta del Norte", a través de su primer libro "Ovnis, SOS a la humanidad"... Al año siguiente, Benítez regresó con otro periodista, Fernando Múgica; nos acompañaron a otro encuentro programado y nuevamente las naves aparecieron y de ahí surgió otro libro de Benítez, "Cien mil kilómetros tras los ovnis".
En marzo de 1989, 40 periodistas de ocho países vieron, filmaron y fotografiaron la nave... Los enviados por televisiones de Estados Unidos contaron que su trabajo fue censurado por funcionarios del gobierno norteamericano. Pero la censura no afectó sólo a los periodistas de Estados Unidos. Otras veces, los periodistas acudieron sin haber sido invitados; en 2010, en el Pirineo aragonés, dos de ellos, de Telemadrid, llegaron incluso a entrar en el domo luminoso formado en torno a la nave y tuvieron una experiencia de teletransportación que luego narraron a cuantos estaban allí.
Precisamente relacionado con este fenómeno está el supuesto hallazgo, en septiembre pasado, de unas partículas llamada neutrinos 60 nanosegundos más veloces que la luz que, de haberse confirmado, hubiera revolucionado las leyes de la física y hubiera abierto la posibilidad de los viajes espacio-temporales a distancias cósmicas inabarcables hasta entonces para el ser humano.
Pocos meses después ha llegado el jarro de agua fría sobre aquellas expectativas: según la revista "Science", un cable de fibra óptica mal conectado a la tarjeta de un ordenador podría haber causado unas mediciones erróneas durante los tres años que había durado el experimento. El conferenciante se permite dudar sobre la veracidad de tal explicación, que atribuye a un intento más de escamotear la verdad. "Es posible -se pregunta- enviar un mensaje y que llegue antes de enviarlo? Claro que sí. Vivimos en un universo sin límites; el único límite es nuestra ignorancia".
Pocos meses después ha llegado el jarro de agua fría sobre aquellas expectativas: según la revista "Science", un cable de fibra óptica mal conectado a la tarjeta de un ordenador podría haber causado unas mediciones erróneas durante los tres años que había durado el experimento. El conferenciante se permite dudar sobre la veracidad de tal explicación, que atribuye a un intento más de escamotear la verdad. "Es posible -se pregunta- enviar un mensaje y que llegue antes de enviarlo? Claro que sí. Vivimos en un universo sin límites; el único límite es nuestra ignorancia".
¿Qué es lo que se espera que ocurra este año? Que nuestro sistema solar, y no sólo la Tierra, entre en un agujero de gusano, similar a los que supuestamente transitan los extraterrestres en sus viajes cósmicos. El 11 de mayo de 2010, el físico norteamericano Nicodemus Bansky, de la universidad de Indiana, llegó a la conclusión de que todas las alteraciones que se están produciendo en el sistema solar se deberían en gran medida a que éste está entrando en un agujero de gusano.
La causa del cambio climático es el comportamiento anómalo del sol y no la contaminación, aunque eso lo acelera. Estas alteraciones solares coinciden con un extraordinario aumento de la energía procedente del centro de nuestra galaxia. "La Tierra -dice Sixto Paz- se está tornando sísmica, volcánica, telúrica y tormentosa. ¿Y cómo nos estamos comportando -se pregunta- todos los seres humanos que habitamos la Tierra? Pues sísmicos, volcánicos, telúricos y tormentosos".
La causa del cambio climático es el comportamiento anómalo del sol y no la contaminación, aunque eso lo acelera. Estas alteraciones solares coinciden con un extraordinario aumento de la energía procedente del centro de nuestra galaxia. "La Tierra -dice Sixto Paz- se está tornando sísmica, volcánica, telúrica y tormentosa. ¿Y cómo nos estamos comportando -se pregunta- todos los seres humanos que habitamos la Tierra? Pues sísmicos, volcánicos, telúricos y tormentosos".
Advierte el conferenciante que, sin embargo, podemos revertir el futuro planetario si elevamos la frecuencia vibratoria, si creamos un estado mental colectivo positivo, aunque -a su juicio- existe una conspiración satánica empeñada en impedirlo mediante un derramamiento de sangre masivo que fomente el sufrimiento y la angustia, porque cuanto más densa sea la vibración menor es la posibilidad de que los seres humanos puedan reconectarse con ese gran parto planetario.
En 2006, en el sur de Inglaterra, como parte del fenómeno de los agroglifos apareció esta figura impresionante, un símbolo maya que representa que lo que se espera es que la humanidad empiece a interiorizar que debemos procurar el equilibrio del alma a través de la compasión y el perdón, que, como máximo exponente del amor, es la única fuerza capaz de cambiarlo todo y ayudarnos a pasar de una dimensión a otra.
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