EL PODER DEL ESPÍRITU

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  EL PODER DEL ESPÍRITU


En sus intervenciones en el Foro de las Ciencias Ocultas y Espirituales, tanto la médium canadiense Marilyn Rossner como su discípulo aventajado, el joven vasco Mikel Lizarralde, han explicado algunas veces sus primeros recuerdos de percepción mediúmnica. Fue cuando ambos eran niños de corta edad. Recuerda Marilyn que a los seis años pudo ver por primera vez a familiares suyos ya fallecidos. Su familia, judía ortodoxa, procedía de Polonia. Todos sus primos habían muerto asesinados en los campos de exterminio nazis.

En uno y otro caso, fue en la adolescencia cuando se dieron cuenta de que aquel don de comunicarse con el mundo espiritual, que para ellos era algo normal, aparentemente no lo tenían las personas que les rodeaban. O lo tenían sin saberlo, pero no lo habían desarrollado. Porque los dos médiums sostienen que todos tenemos, de forma innata, la capacidad de ver y escuchar a los espíritus. El miedo al qué dirán y una educación racionalista hacen que experiencias de este tipo, muy frecuentes en la infancia, queden suprimidas radicalmente y olvidadas para siempre.


Ha sido al tratar, una vez más, de tranquilizar a quienes temen los vaticinios de desastres apocalípticos que supuestamente nos esperan para el próximo año, cuando Marilyn Rossner ha dicho que se acerca el momento en que todos y cada uno de los seres humanos podremos contactar con el mundo espiritual.



"Una vez que llegamos al quinto nivel de conciencia -ha seguido diciendo- el contacto con el mundo espiritual es absolutamente natural para todo el mundo". La doctora Rossner ha contado que ahora hay cuatro estudiantes, tres de ellos españoles, en el centro de Montreal en el que adiestra a quienes desean desarrollar sus dotes mediúmnicas. Y que todos ya han visto espíritus y han hablado con ellos.

También ha recordado que cuando Mikel Lizarralde llegó allí no veía ningún espíritu, aunque tenías dotes de videncia y echaba el Tarot. Hasta que un día le dijo: "Mikel, ya es hora de que te pongas delante de un grupo de gente y dés mensajes". Le recuerda con un pantalón corto rojo y temblándole las piernas. "Estoy muy nervioso, Marilyn", a lo que ésta repuso: "Muy bien, entonces es que el espíritu está ahí".

A los dos años, Mikel volvió a España y creó en San Sebastián el Instituto de Ciencias Intuitivas y Terapéuticas, en el que se forman quienes aspiran a ejercer la videncia o la sanación. Hace dos años, su propia mentora le presentó en el Foro Internacional de las Ciencias Ocultas, a donde llegó precedido de grandes éxitos en los Salones del Esoterismo de San Sebastián y Pamplona.
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Marilyn Rossner presenta a Mikel Lizarralde en el 25 Foro
En la conferencia-taller con la que ha finalizado el 29 Foro, Mikel Lizarralde ha recordado que siendo muy pequeño empezó a tener visiones. Y que, de camino al colegio, le acompañaban personas que sólo él veía. "Mamá, hay un señor que se llama Luis" o "una señora que tiene seis dedos", le decía a su madre. Luego se enteraría de que un bisabuelo y un tío que murió en la guerra se llamaban Luis y que su tatarabuela tenía seis dedos; aparecía en las fotos con un libro en la mano, tapándole el sexto dedo.


De familia muy católica (su madre era catequista), de niño siempre estuvo rodeado de curas y monjas. Cuenta que todo eso le dio una sólida base espiritual y nociones de lo que había más allá de la vida terrenal. Al llegar a la adolescencia, comenzó a estudiar otras religiones: budismo, hinduismo.. Formación que amplió también en Montreal, visitando diferentes comunidades religiosas y sacando de todo ello la conclusión de que el núcleo de todas las religiones es el mismo o muy parecido."Yo suelo decir que somos diferentes ríos que desembocamos en el mismo mar. Pero todos somos agua, todos somos espíritu, todos somos alma".


En cuanto a la comunicación con ese mar que es el mundo espiritual, Mikel asegura que no siempre acude a nosotros el espíritu con quien deseamos contactar, sino el que mayor necesidad tiene de comunicarse. "A veces -dice- los podemos ver, los podemos escuchar, los podemos oler: un olor a incienso, a rosas, al puro que fumaba o la a ropa que llevaba. Simplemente sentir que está ahí nuestro ser querido es una forma de comunicar". 

En sus sesiones públicas, cuando va a dar mensajes ve una luz detrás de la cabeza de la persona a la que se va a dirigir y, para él, todo lo que hay alrededor se difumina, deja de existir. A veces, puede venir un mismo espíritu a comunicarse con varias personas, y entonces se ilumina toda una fila o varios lugares de la sala. Son mensajes que hablan de personas fallecidas, pero también de las inquietudes, sentimientos y proyectos de quienes los están recibiendo.







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